lunes, 13 de junio de 2016

The Slight Edge - La Pequeña Ventaja



www.evomedia.mx

Por Jeff Olson 
Publicado por: Greenleaf Book Group 
Año: 8ª edición, 2013 
Nº de Páginas: 276 Amazon.com: US$ 20.00

Premisa Central

 El autor recuerda, al inicio del libro, su viaje desde ser todo un vago hasta convertirse en un emprendedor millonario, pasando por un fracaso total, así como su camino de regreso a la cima. Lo que descubrió es que él no cambió, a diferencia de lo que dicen muchos gurús de autoayuda; en su opinión, es imposible cambiar lo que uno es; lo que cambió fue lo que estaba haciendo. Lo que descubrió, fue que él, al igual que todo el mundo, al ver el fracaso cerca se puso las pilas y salió adelante; pero apenas llegó a estar a flote y otra vez dejó de hacer lo necesario y volvió a hundirse. Lo irónico es que esas cosas que hacemos para evitar el fracaso y mantenernos a flote son las mismas cosas que nos pueden llevar de la mediocridad al éxito… pero simplemente las dejamos de hacer.

¿Cuáles son esas cosas, por qué casi todo el mundo las deja de hacer y cómo asegurar el éxito? De eso se trata este libro. De esas cosas pequeñas, que parecen insignificantes, pero que vistas en el transcurso del tiempo producen grandes resultados. El autor los denomina hábitos de éxito y, en resumen, esa es la ligera ventaja. No pretende ser un libro de autoayuda, un libro sobre qué debería de hacer, eso ya lo sabe y ya hay un montón de libros sobre el tema. No, la ligera ventaja muestra el cómo hacer el qué, muestra la actitud necesaria detrás de las acciones que logran mantener que siga haciendo esas acciones día con día. Este libro no es más información o consejos, sino el catalizador que le ayudará a poner esa información y consejos en la práctica. 

El Fracaso no es una opción

Es una frase muy trillada y completamente falsa. Si ese hubiera sido el caso, Michael Jordan nunca hubiera sido jugador de la NBA al haber sido rechazado por el coach de su equipo de secundaria. Abraham Lincoln no hubiera sido el Presidente de los Estados Unidos si no hubiera tenido una larga lista de fracasos electorales previos. Imagine qué hubiera pasado si Edison hubiera seguido esa filosofía, pues para encontrar el filamento perfecto para hacer funcionar su invención del foco, literalmente probó mil diferentes elementos y versiones. Su famosa frase lo resume todo: “No tuve fracasos, solamente descubrí mil maneras que no funcionan.” La gente exitosa fracasa en su camino al éxito o en las palabras del fundador de IBM: la fórmula del éxito es muy sencilla, duplique su tasa de fracasos. 

Éxito versus Fracaso 

Al igual que los intereses compuestos o el crecimiento exponencial, son las acciones simples repetidas de forma consistente a lo largo del tiempo, las que generan grandes resultados. El problema es que la mayoría de la gente deja de hacer estas simples acciones diarias porque no pueden visualizar los resultados que estarán generando en el futuro. La diferencia entre el éxito y el fracaso es más pequeña de lo que se imagina. Otras razones por las cuales no se llega al éxito: 

1. Es igual de fácil hacerlo como no hacerlo: es fácil ahorrar cierta cantidad de dinero al mes, pero es igual de fácil no hacerlo. Es fácil caminar unos quince minutos al día o salir a correr o ir al gimnasio, pero es igual de fácil no hacerlo. Es fácil decirle a su o pareja todos los días que la ama, pero es igual de fácil olvidar hacerlo. 
2. Los resultados son invisibles: por lo menos al principio, esas acciones simples diarias no parecen tener ningún efecto y eso se contrapone con nuestro mundo moderno en donde queremos tener todo al instante, ver resultados de forma inmediata. Pero lograr el éxito es un trabajo progresivo, cuando uno llega al éxito (recuerde del latín exitus o lograr una meta previamente establecida) en realidad todo el trabajo arduo ya se hizo. 
3. Son acciones aparentemente insignificantes: ¿Qué pasa si hoy no lo hago? ¿Qué pasa si hoy no salgo a correr, si hoy no ahorro dinero, si hoy se me olvida decirle a mi pareja que la amo, si hoy no aprendo algo nuevo?

Nada, aparentemente nada. La diferencia entre el éxito y el fracaso, por lo menos en el día a día, no es nada dramático. Hacer las cosas que harán la diferencia son tan sencillas que parecen absurdas, nadie las va a notar que las está haciendo, nadie le estará aplaudiendo o reconociendo su esfuerzo. Solo recuerde que Roma tampoco fue construida en un día.

Tiempo y Suerte 

El secreto del tiempo es simple: es la fuerza la que magnifica esas aparentemente insignificantes acciones cotidianas en algo titánico. El truco es escoger aquellas acciones diarias que amplificadas por el tiempo le generen el éxito que está buscando. Hay una progresión natural de la vida: hay que sembrar, hay que cultivar para finalmente poder cosechar. El problema es que viendo demasiadas películas que resumen la travesía en dos horas, pensamos que solo al plantar ya deberíamos de cosechar. Que leyendo un libro ya somos más inteligentes, que solamente con la inscripción a un gimnasio ya deberíamos estar en forma. 

El problema, admite el autor, es que la ligera ventaja resulta ser bastante aburrida. Se ve aburrida ya que al inicio los resultados futuros, la cosecha esperada, no se puede visualizar, no se siente que se está avanzando. ¿Cuánto tiempo le tomará cambiar un aspecto importante de su vida, ya sea el financiero, de salud, de trabajo o de relaciones? Lo más probable es que se tarde más de lo que a usted le gustaría, pero cuando llegue el éxito, le sorprenderá lo rápido que pasó el tiempo.

Lo más difícil de entender sobre la ligera ventaja es que no se puede encontrar en el pasado o en el futuro, solo en el ahora, dejando de arrepentirse del pasado o estar preocupado por el futuro. Si lo difícil toma su tiempo, lo imposible solamente toma un poco más. Mientras usted no se desvíe de su camino, tarde o temprano llegará a los resultados que está buscando. El autor argumenta que se olvide del “algún día”. 

“Algún día cuando tenga el dinero.” “Algún día cuando tengo el tiempo.” “Algún día cuando tenga más confianza.” 

El famoso algún día no existe y nunca existirá, solamente está el hoy.

Y ahora, hablar un poco sobre la suerte. ¿Ha notado que los ganadores de las loterías en todo el mundo siempre son gente de situación económica humilde? Al parecer nunca es gente que ya era financieramente exitosa. ¿Sabe por qué la gente exitosa nunca gana la lotería? Muy simple, no compran boletos de la lotería, ya que entienden que la vida no es una lotería y que el éxito no es un accidente, sino algo que se siembra, cultiva para después cosechar. No olvide nunca eso. La diferencia entre el éxito y el fracaso, esa discrepancia entre salir ganador o perdedor es mínima. Solo vea la hazaña del nadador Michael Phelps que en las olimpiadas de Beijing del 2008 trató de romper el record de 7 medallas de oro en una misma justa impuesta por Mark Spitz más de treinta años antes. Ya teniendo siete ganadas, Phelps logró en los cien metros mariposa obtener la octava, ganando tan solo por 0.01 segundos. 0.01 segundos que lo han convertido en el atleta más exitoso en la historia de las olimpiadas.

Aplicado a ventas

Sin duda, la ligera ventaja es un concepto que aplica a la perfección en ventas. Un ejemplo que he visto mucho con consultores, arquitectos, diseñadores, agencias de publicidad y abogados, entre otros, es que terminan un gran proyecto y pueden empezar a rascarse el ombligo, porque que no hay otro proyecto o cliente cerrado y ni siquiera en prospecto de cerrarse pronto. ¿Razón? Simplemente dejaron de hacer una de esas cosas simples y cotidianas que hay que hacer en ventas: alimentar constantemente al embudo de ventas, embudo al cual se le meten prospectos y del que salen clientes. Durante el gran proyecto todo el mundo estaba tan ocupado que olvidaron sembrar y cultivar para cosechar nuevos clientes una vez que el proyecto terminara. No importa cuán ocupado esté, nunca deje de alimentar al embudo.

Como en la venta compleja el ciclo de cierre es de múltiples meses, lo que está sembrando hoy es para su cosecha del siguiente trimestre. Viendo también los índices de ejecución, rápidamente se pone en relevancia la ligera ventaja, ya que al momento en que se reduce el cumplimiento de visita a clientes, de ejecución de ganar primeras posiciones, de tiempos de entrega y demás, las ventas son las que reflejan esas pérdidas y todo por dejar de realizar esas cosas simples y cotidianas.
 
Especialmente en las empresas que atienden al canal tradicional con productos de consumo, en las que cualquier baja en los indicadores de ejecución tiene un impacto directo sobre la cifra de ventas. 

En otras ocasiones en las que he visto que aplica para las ventas lo que predica el libro, es en el trato a clientes viejos y maduros, aquellos que ya llevan tiempo con usted. Aunque representan una venta interesante y recurrente, simplemente en muchos casos se dejan de hacer esas cosas y acciones peque- ñas que fueron la razón para ganarse la confianza y el negocio al principio. Dejamos de visitarlos, de explorar soluciones adicionales, de hacer algo tan sencillo como decir gracias. Igual y la semejanza con las relaciones interpersonales lo ilustre mejor; al inicio del noviazgo, bueno, somos todos unos caballeros, detallistas, atentos a cada cosa, después de unos años de matrimonio ya nos referimos a ella como “vieja”. Nunca deje de enamorar todos los días a su pareja y nunca deje de atenderme a un cliente como se merece. 
Me imagino que está pensando en otros muchos ejemplos que muestran que en las ventas, como en la vida, son las pequeñas acciones que hacemos todos los días las que le han llevado al éxito. Creo que el secreto o el aprendizaje más importante de esta aportación es nunca dejar de hacer esas cosas para siempre llevar el éxito siempre a niveles y horizontes más altos. 


“El éxito no es la clave para obtener la felicidad, pero la felicidad sí es la clave para llegar al éxito.”

Por más de un siglo la psicología se enfocó exclusivamente en los aspectos negativos de la mente, desde desórdenes emocionales, hasta la neurosis y depresión. Apenas en la década de los noventas el psicólogo Martin Seligman se preguntó ¿y por qué no enfocarnos en lo positivo? Y entonces nació la psicología positiva o de la felicidad. Desde el año 2000 esta nueva línea de investigación ha logrado entender:
 • Que la felicidad no proviene de la genética de cada uno o depende de un elemento de suerte.
 • Que la felicidad tiene que ver mucho menos con las circunstancias que uno se imagina. 
 • Que la felicidad no es resultado del logro de una meta. 
 • Que la felicidad se crea o se puede influenciar realizando simples actividades todos los días.
 • Y que la gente feliz tiene menos ataques al corazón y goza de un sistema inmune más fuerte.

El problema es que, nuevamente, la gente ve a la felicidad desde la perspectiva errónea. “Una vez que sea exitoso, entonces seré feliz.” Pero como lo expresa el dicho al inicio de esta sección, la felicidad no viene al final, sino tiene que estar ahí desde el principio. 

Hay que resaltar que las siguientes recomendaciones son resultado de investigaciones serias de psicología que reflejan que las pequeñas acciones de todos los días, si se hacen de forma consistente, pueden hacer a uno notablemente y mediblemente más felices. Los expertos recomiendan no empezar con todos de golpe, sino seleccionar uno y realizarlo sin falta por 21 días. Después de eso ya se convierte en un hábito y se puede proseguir con otra acción que sume a su felicidad:

1. Cada mañana anote tres cosas por las cuales está agradecido. Obviamente no las mismas tres cada día. Lo que está haciendo es entrenar a su mente a buscar por todas sus circunstancias para resaltar aspectos positivos. 
2. Describa en menos de una cuartilla una experiencia positiva que tuvo en las últimas 24 horas. Trate de anotar y recordar cada detalle. Esto causa que la mente literalmente experimente de nuevo el acontecimiento, incrementando su impacto positivo. 
3. Haga una acción de bondad o de educación al día. Ya sea dejar pasar a alguien con el coche, parar para dejar pasar a un peatón, sonreír a un extraño, darle un halago honesto a alguna persona de servicio o a un amigo. Mande un correo o mensaje de texto a un amigo donde recuerda algo que hicieron y donde reconoce lo bueno que es su amigo en lo que hace. 
4. Haga algo de ejercicio todos los días. Aunque sea unos quince minutos de caminar a un paso firme. Comprobado que funciona mejor que muchos antidepresivos. 
5. Lea más. En completo acuerdo en este punto, deje de jugar tanto Candy Crush y póngase a leer un libro, ya sea para mejorar su profesión o para ampliar sus horizontes. 

“Un viaje de mil millas comienza dando un solo paso” 

Como ya hemos visto, no hay que dar brincos gigantescos para lograr cosas impresionantes, pero hay que hacer algo. Son esas pequeñas cosas de todos los días las que van sumando, esos hábitos de felicidad, esas sesiones de entrenamiento, esas horas de estudio. Si solo logra una mejora de uno porciento a la semana, dentro de un año ya estaría logrando una mejora por encima del 50% (el autor menciona una mejora de uno porciento por día, pero se me hace un poco exagerado). 

Por ello, a cada momento y en cada instante tenemos una oportunidad de elegir. El éxito no está predeterminado o predestinado. El éxito es el resultado de todos esos momentos de elección que enfrentamos todos los días. 
La vida es la construcción de una curva, el tiempo siendo el constructor y las elecciones que tomamos, el arquitecto. La curva ascendente es la fórmula para el éxito trazado por algunas disciplinas y acciones cotidianas.
 La curva descendente es la fórmula directa al fracaso, esos simples errores y omisiones en nuestras elecciones cotidianas repetidas todos los días. La percepción predominante de la persona en la curva descendente es culpa. 
La predominante de las personas en ascenso es la responsabilidad. Ahora, a todos nos suceden cosas negativas, algunas completamente fuera de nuestro control. Es la forma en la cual reaccionamos a estas circunstancias y condiciones la que hace la diferencia. Un hombre puede fallar muchas veces, pero no será un fracaso hasta que comience a culpar a alguien o a algo. 

Mientras que el sacerdote Milton Wright proclamaba en 1890 que si Dios hubiera querido que el hombre volara le hubiera dado alas, trece años después unos hermanos construyeron y volaron el primer avión. ¿Recuerda a los hermanos Wright? Adivine quién era su padre. 



Breve Auto evaluación 

Salud
¿La está cuidando todos los días? Lo que está comiendo, lo que está ejercitando, la agenda que lleva, todos estos elementos le están haciendo sentir con más energía todos los días o solamente siente que está descontando de su cuenta de energía vital estando más cansado todos los días.

Felicidad 
¿Está notando a las cosas y personas que lo hacen sentir agradecido todos los días? ¿Tiene la costumbre de ver las cosas desde una perspectiva positiva o siempre negativa? ¿Regularmente está haciendo actividades que son importantes para usted? Esas actividades que no tiene que hacer, pero las hace porque le gusta hacerlas. 

Relaciones Interpersonales 
¿Está creciendo su número de amigos? Si está casado y tuviera que describir su relación como si fuera una planta ¿es una planta que está creciendo, haciéndose más grande y maravillosa todos los años? Su relación con sus padres e hijos ¿relaciones más profundas o cada vez más distantes?

Desarrollo Personal 
¿Está aprendiendo algo nuevo sobre usted, sobre el mundo que lo rodea y sobre su profesión todos los días? ¿Está aprendiendo nuevas habilidades y asegurándose que las que ya tiene no se empolven? ¿Cuál ha sido el último libro o artículo que ha leído que tuvo un impacto?

Trabajo 
¿Está en el camino correcto? ¿Puede visualizar cómo y cuándo llegará a la posición que anhela? ¿Está creciendo su trabajo no solamente en términos financieros, pero en términos de satisfacción personal y respecto a sus colegas? Y finalmente ¿se está divirtiendo en lo que hace?















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